¿Cómo me puedo preparar ante un Tsunami?
  

RECOMENDACIÓN RG/05/2013 emitida por el 
Comité Científico Asesor del Sistema Nacional de Protección Civil sobre
Fenómenos Perturbadores de Origen Geológico México, DF, agosto, 2013

El Comité Científico Asesor del Sistema Nacional de Protección Civil sobre Fenómenos Perturbadores de Origen Geológico, comprendiendo el impacto socioeconómico que el arribo de tsunamis o maremotos puede tener sobre la población de la costa occidental de México al provocar pérdidas de vidas, daños materiales e interrupción y desajustes en los servicios y funciones esenciales de la sociedad, estima prudente recomendar a los organismos responsables integrantes del SINAPROC las medidas de prevención ante tsunamis de origen local y de origen lejano que se exponen a continuación:

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Recomendaciones

1) Señalar la altitud o altura a la que cada esquina, cada crucero y cada vereda, se encuentran sobre el nivel del mar, dando prioridad a las poblaciones costeras. No hay necesidad de asustar ni a la población ni al turismo con señalamientos que indiquen “zona de amenaza en caso de tsunami”. Es suficiente con indicar la altitud, ya sea en la misma placa en donde se indica el nombre de la calle y el código postal o en placas separadas en donde solamente se indicará la altitud. De esta manera la población respondería adecuadamente a las alertas, no solamente por tsunamis, también por marea de tormenta o por oleaje extraordinario.

2) A la par de los señalamientos de altitud y para que estos señalamientos sean efectivos es necesario iniciar una campaña permanente de divulgación para que la población sepa qué es un tsunami, cómo se produce, características son los lugares vulnerables y los lugares seguros. Para ello se elaboró el material de divulgación:  “¿Cómo me puedo preparar ante un Tsunami?” . Este material y su correspondiente  “Guía del Maestro”, describe con qué ilustraciones son los tsunamis y qué debemos hacer en caso de que se presente uno. El material está orientado a la problemática muy particular de la costa occidental de México, desde Jalisco hasta Chiapas. El problema en esta región es que hay escasos minutos entre el sismo y el tsunami y no hay tiempo para alertar a la población en caso de que se produzca un tsunami.

3) Construir “Aulas Sísmicas” o plataformas fijas o itinerantes (remolcables), que permitan reproducir de manera realista el movimiento del suelo producido por sismo de diferentes magnitudes. Las “Aulas Sísmicas”, además de reproducir el movimiento del suelo, deben estar equipados con mobiliario adecuado para que éste no cause daño al caer durante las sacudidas, y con proyector de imágenes para explicar de manera ilustrativa qué es un sismo y características son los procedimientos de seguridad durante el arribo de las ondas sísmicas. En la misma oportunidad, los operadores explicarían los procedimientos preventivos y de autoprotección ante la posibilidad de que se produjera un tsunami a consecuencia de un sismo fuerte.

Antecedentes y Justificación

La primera medida de prevención consiste en admitir que los tsunamis son una realidad en las costas de México y que su potencial destructivo no debe priorizarse por su frecuencia de ocurrencia. La operación de un sistema de alerta de tsunamis, y la capacitación de la población en materia de prevención, son los ingredientes básicos para reducir la pérdida de vidas y de bienes.

El primer paso ya se ha logrado. De hecho, en abril de 1965, la mayoría de los países de la Cuenca del Pacífico, incluyendo a México, participó en la creación del Sistema de Alerta de Tsunamis del Pacífico atendiendo a dos grandes llamadas de atención de la naturaleza:  la del sismo y tsunami de Chile del 22 de mayo de 1960 (M9.5) y la del sismo y tsunami de Alaska del 27 de marzo de 1964 (M9.2).De manera similar, atendiendo a una “primera” llamada de atención de la naturaleza —  la del sismo y tsunami de Sumatra del 26 de diciembre del 2004 (M9.3)  — la Coordinación General de Protección Civil convocó a instituciones gubernamentales y académicas a retomar la RECOMENDACIÓN RG/04/98, emitida por este comité el 18 de marzo de 1998 para establecer un Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis. Fue necesaria una “segunda” llamada de atención —  la del sismo y tsunami de Chile del 27 de febrero del 2010 (M8.7)  — para retomar el tema del Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis. En esta ocasión la Secretaría de Marina convocó a instituciones gubernamentales y académicas a colaborar en la creación del Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis y, apresurando el paso ante una “tercera” llamada, —  la del sismo y tsunami de Japón del 11 de marzo del 2011 (M9.0)  –, la Secretaría de Marina estableció “un Centro de Operaciones” conocido hoy como el “Centro de Alerta de Tsunamis”. Finalmente, el 17 de enero del 2013 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el “CONVENIO General de Coordinación para el Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis”, suscrito por las siguientes instituciones nombradas alfabéticamente:

  •  Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California (CICESE).
  •  Instituto Mexicano del Transporte de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (IMT-SCT)
  •  Secretaría de Gobernación (SEGOB)
  •  Secretaría de Marina (SEMAR)
  •  Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

La importancia de contar con el Sistema Nacional de Alerta de Tsunamis se aprecia desde dos puntos de vista:

1)  Desde el punto de vista de los tsunamis de origen lejano, el Centro de Alerta de Tsunamis, en coordinación con el Sistema de Alerta de Tsunamis del Pacífico, difunde en México las alertas de tsunami, emitiendo además las recomendaciones pertinentes de acuerdo al nivel de peligro estimado para el país y, una vez descartado por completo el peligro, emite el BOLETÍN DE CANCELACIÓN DE ALERTA DE TSUNAMI para evitar la incertidumbre de la población y el cese de actividades turísticas, comerciales y portuarias, que consecuentemente generan cuantiosas pérdidas económicas.

2)  Desde el punto de vista de los tsunamis de origen local, el Centro de Alerta de Tsunamis, en coordinación con el Servicio Sismológico Nacional, emite un boletín informativo en base a la estimación preliminar de la magnitud y localización del sismo y, apegándose al protocolo, establece comunicación satelital con los observadores mareográficos de cada una de las Regiones Navales para confirmar la presencia o en su caso la ausencia de anomalías en el nivel del mar. A la par, analiza las observaciones del nivel del mar en tiempo real provenientes de las Redes Mareográficas. En caso de peligro por tsunami, emite un boletín con estimaciones de altura de ola y tiempo de arribo del tsunami. En contraste, una vez descartado por completo el peligro por tsunami, emite el BOLETÍN DE CANCELACIÓN DE ALERTA DE TSUNAMI.

Lo que resta es la capacitación de la población para que sepa qué es un tsunami y cómo se produce; cómo identificar las zonas vulnerables susceptibles de inundación por tsunamis y cómo alcanzar los lugares seguros. Una población previamente informada y consciente de que vive en una zona vulnerable a los tsunamis debe saber que el sismo o terremoto es por sí mismo la alerta del tsunami y que solamente hay escasos minutos entre el sismo y el tsunami. Que es mejor alejarse a tiempo de la costa y que no haya tsunami, a que por falta de prevención se pierdan vidas cuando sí hay tsunami. Aun cuando en la historia reciente no se tiene conocimiento de que en la costa occidental de México hayan ocurrido tsunamis tan destructivos como el de Chile de 1960; de Alaska de 1964; de Sumatra del 2004; de Chile del 2010 y de Japón del 2011, no podemos descartar la posibilidad de que tsunamis como estos puedan ocurrir. De hecho, existen evidencias de que en 1787 ocurrió un gran terremoto de magnitud 8.4 en San Sixto, Oaxaca, que generó un tsunami local sumamente destructivo.

Observaciones

La nivelación diferencial para establecer la altitud de la zona costera, hasta la cota de 50 metros, podría llevarse a cabo por los topógrafos locales de cada ayuntamiento. De esta manera aseguramos dos cosas: Que más personas locales tomen conciencia de características son los lugares vulnerables ante un tsunami y características de los lugares seguros; y que haya generación de empleos directos e indirectos en cada ayuntamiento. Es recomendable que de manera independiente se realice un control de calidad de los levantamientos topográficos verificando la altitud de una muestra representativa del conjunto de localidades niveladas.

Los señalamientos o letreros con los nombres de las calles y su altitud correspondiente podrían confeccionarse en cada ayuntamiento. Aun cuando esta acción pudiera implicar mayor costo que la confección de los mismos por una empresa especializada nacional o extranjera, el beneficio sería que más personas locales tomen conciencia de los lugares vulnerables ante un tsunami, y que haya generación de empleos locales.

Las campañas de divulgación de qué es un sismo fuerte, qué es un tsunami; de características son las medidas de prevención y autoprotección ante un sismo y un tsunami, serían una carga de brigadistas locales en cada ayuntamiento, previamente capacitados por personal de Protección Civil.

Sería de gran ayuda si la Secretaría de Educación Pública aceptara colaborar en la divulgación del material didáctico:  “¿Cómo me puedo preparar ante un Tsunami?” . Este material, a consideración de la Secretaría, podría impartirse a algunos niveles de primaria y secundaria durante la semana previa al día Nacional de Protección Civil.

Es evidente que todas estas acciones (señalización, capacitación y divulgación) tienen un costo, por lo que se contempla invitar a los ayuntamientos a que envíen sus solicitudes de apoyo al Fondo Nacional de Prevención de Desastres Naturales (FOPREDEN).

Contacto

Comité Científico Asesor del Sistema Nacional de Protección Civil

Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada, Baja California.
Carretera Ensenada-Tijuana No.3918, Zona Playitas, C.P.  22860 Ensenada, B.C. México

Télefono (646) 175-05-00